miércoles, 6 de febrero de 2013

Rajoy ha decidido dimitir por mentir en vez de por robar.
(Visto en twitter)



     ¿Será cierto que será verdad?¿Será cierto que no mentía?¿Será cierto que no vino a la política para hacerse rico, para no estafar a hacienda?



      Dice que ganaba más dinero en su puesto de registrador que ahora como presidente. Y entonces me digo yo ¿Para qué carajo viniste finalmente a la política? ¿Para crear empleo? ¿Para decir hilillos cuando se te hunde un barco? ¿Bajar la prima de riesgo? ¿Decirle que no alguna vez a Merkel? ¿Para celebrar un gol? Porque ha sido la única vez que te hemos visto con los brazos en alto, la única vez que hemos podido celebrar algo que tú celebrabas. Y a fin de cuentas celebrábamos que unos jugadores se llevaran su dinero de las primas a Suiza.



      Suiza, por cierto, país donde, por lo que se ve, también tú escondías dinero, y si no tú tu partido, y de él tú eres responsable.



     Y en vez de pedir explicaciones y ser el primero en querer aclarar el asunto nos ponemos toreros en una rueda de prensa sin preguntas. Se dice ultrajado y defiende a los que de modo injusto se les imputa. Rompe una lanza en favor de los implicados. Pero señor Rajoy, ¿Cuántas lanzas lleva ya? Por Camps ponía la mano en el fuego, de Matas que era un político al que seguir sus pasos, de Bárcenas que era una Conspiración para desprestigiar al PP. ¿Y las pruebas, señor Rajoy, también son para desprestigiar? Puede que no le consten pero sí que lo hacen en el sumario del juzgado.



¿Una rueda de prensa sin preguntas? ¿Cuando se le acusa de robar? País de pandereta.



     Y la verdad, el problema gordo no es ese. El verdadero problema es de dónde ha salido ese dinero, a quién le interesó daros dinero. Porque están saliendo nombres de constructoras que a su vez construyeron esos nuevos hospitales privados. Nombres que explican el porqué apuestan por un modelo en el que los únicos beneficiados serán dichas empresas y los políticos que corrompen al sistema. Éstas cosas explican porqué el señor Güemes puede privatizar un servicio de laboratorio y después participar de la empresa que lo privatizó.



     Esto aclara algo que desde hace mucho ya sabíamos señor Rajoy, y es que detrás de la privatización se encuentra la corrupción.

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