miércoles, 14 de noviembre de 2012

Huelga decir...



Soy afortunada puesto que aún puedo hablar con mis dos abuelos. Aunque tengo la desgracia de que 500 km me separan de ellos. En cualquier caso, con distancia o sin ella, me parece cuanto menos curiosa su visión de las huelgas -en concreto de las generales- y de otros movimientos sociales. 

Por un lado aseguran que sirvieron para alcanzar muchos derechos que hasta ahora hemos disfrutado alegremente hasta el punto de creerlos nuestros -qué ingenuos, diría más de un político o economista-. Lo que pasa es que al parecer no debió de ser tan alegre el sentimiento y participación en estas huelgas, y de ahí que mañana muchas personas añosas cambiarán su rutina diaria por miedo a que pueda ocurrirles algo, que ya son muy mayores, si bajan a por el pan, si van a jugar la partida al bar de Emilio o si se atreven a hacer la ruta del 132 -que más allá de ser el nombre de una serie de locales nocturnos es el número del autobús en el que se suben para "dar una vuelta", llegando a destino y retrocediendo sin salir del vehículo sólo para ver pasar a la gente y comprobar que aquel señor con boina y abrigo verde ha dejado de coger el bus de las 10:30, ¿le habrá pasado algo?-. No, el día de huelga general no. Se verán obligados a ver a Mariló hablando del alma de los órganos donados, programas como Mujeres, Hombres y Viceversa que "al menos les alegrará la vista" y toda la enriquecedora programación que les ayudará a echar en el sillón la cabezadita que no dieron anoche en la cama. 

Hasta aquí todo podría cuadrar, pero se me rompen los esquemas cuando intentan convencerme para que no apoye las huelgas generales -que últimamente las hemos tenido con mucha más frecuencia, algo no tan común en nuestro país como veremos más adelante-. Ambos coinciden en que no servirán para nada, aunque a la vez confunden los métodos de antaño -que al parecer sí defendían en su momento, sí funcionaban y son los que ahora consiguen dejarles en casa-, con los de ahora -más pacíficos y con soportes que deberían facilitar el poder de convocatoria-. Por cierto, el otro día oí por ahí que nos vamos a gastar un 28% más en Defensa y que el gasto en material de antidisturbio y "protección" (claro, han de asegurar el derecho a huelga y manifestación de la gente...) subirá un 1780%. ¿Y si fueran unos visionarios

Teniendo en cuenta que hay muchos tipos de huelga, en España ya llevamos unas cuantas, aunque generales menos de las que podríamos pensar.

La de 1855, en tiempos de Isabel II, es oficialmente considerada la primera de la historia de España, aunque me cuesta creer que así sea... convocada por La unión de clases, trabajadores de la industria textil en Cataluña. Por aquellas épocas ondeaba el bienio progresista, que viene a ser algo parecido a lo que tenemos desde hace años con PSOE-PP.
¿Y qué pedían? Se manifestaban rompiendo las maquinarias de las fábricas en contra del maquinismo y la mecanización propios de la revolución industrial, en el llamado conflicto de las selfactinas (por la introducción de las selfactinas (del inglés self-acting, "de acción automática"), que mecanizaban una parte importante de trabajo del hilado. 
Las máquinas sustituían al trabajador y aumentaban el desempleo provocando una gran población obrera sobrante. El Parlamento del Reino Unido disponía, desde 1721, de leyes penales que castigaban con la deportación el daño a las máquinas. Pero como las actuaciones contra la mecanización seguían, aprobó la Frame-Breaking Act de 1812 que permitía castigar a los trabajadores con la pena de muerte...
Las exigencias fueron, además de la libertad de asociación, la reducción de la jornada de trabajo y el aumento del salario... Las exigencias nos suenan, el lema nos puede sorprender: «asociación o muerte». 
Pego acá un artículo publicado en un periódico de la época, el diario liberal barcelonés La Corona de Aragón, en su edición del 4 de julio de 1855 para intentar ponernos en situación, por si no lo pseudoestamos. Nuevamente se repiten sentimientos y lo que cambia es el recipiente que aporta forma al contenido:
La zozobra, la inquietud, el malestar, la discordia y la desconfianza se han hospedado por fin en Barcelona, en la bella Barcelona. En un día y a una hora dada han cesado los trabajos en todas las fábricas de Cataluña, y cien mil hombres se han lanzado a la calle pidiendo 'pan y trabajo' y gritando 'asociación o muerte'. Al estado a que han llegado ya las cosas, antes de que una colisión venga a sembrar el luto y el dolor en las familias, ya no hay que volver la vista atrás, sino tomar la cuestión en el punto en que se halla, y con la leal protesta de los mejores y más sinceros deseos, decir lo que creemos oportuno para poner en práctica y para terminar esa situación triste y angustiosa, tanto más angustiosa y triste cuando los carlistas enarbolan decididamente su negra bandera y escogen por campo de batalla las llanuras y montañas del antiguo Principado. ¿Qué es lo que piden esas inmensas masas de trabajadores que pueblan nuestras calles, sin manifestarse hostiles sin embargo, sin insultar a nadie, debemos decirlo en su favor, sin propasarse a nada? El derecho de asociación. Piden también que se fijen de un modo estable las horas de trabajo y que se constituya un gran jurado de amos y obreros que arreglen buenamente las discordias que entre ellos se susciten. Pues bien, que se forme ese jurado, nosotros también lo pedimos, también lo demandamos en nombre de la libertad, en nombre del orden, en nombre de las familias, en nombre de la pública tranquilidad, en nombre de Barcelona toda. Que se forme ese jurado, sí, pero no de amos y de operarios solo, sino de doce o quince personas en que estén representadas las clases principales, de doce o quince personas cuyos nombres solos sean una garantía para todos los buenos, para todos los liberales, para todos los que, identificados con los principios santos proclamados por la gloriosa revolución de julio, deseen verdaderamente que la libertad, el orden y el progreso lleguen a establecerse por fin de una manera sólida en nuestro infortunado país. Que se forme ese jurado, que se busquen para formarlo hombres de talento, de conocimientos, de acrisolado patriotismo, de principios reconocidos, de arraigo en el país, de influjo en el pueblo, de sentimientos puros, leales y nobles, y que se den a ese jurado amplias facultades por parte de los trabajadores lo mismo que por la de los amos, y que ese jurado, en fin, estudie, investigue, indague y obre en vista de los documentos y de las pruebas que se le sometan, según su leal saber y entender le dicten, interín las cortes, como debieran ya haberlo hecho, se ocupan de asunto tan importante y tan vital. Este es nuestro parecer que francamente emitimos, que sinceramente proponemos, sin segundas miras, sin doble intención, sin más intención ni miras que las de contribuir a la felicidad y al bienestar de los jornaleros hermanos nuestros. Nos atrevemos a pedir al Escmo. señor capitán general, al Escmo. señor gobernador civil, a la Diputación, al Ayuntamiento, a los trabajadores todos que adopten nuestro proyecto, si lo creen oportuno, como un medio honroso de transacción. Nos atrevemos a pedir a la prensa barcelonesa, nuestra hermana, que apoye nuestro proyecto, si lo juzga útil, y le añada lo que su ilustración sabrá encontrar y nuestra ignorancia no nos ha dejado ver. Es preciso que esta situación triste y lamentable concluya, es preciso que se calme esa crisis industrial, es preciso que los ánimos se tranquilicen y sosieguen, a fin de que juntos, unidos y compactos podamos acudir contra nuestro enemigo común que es el carlista, que es el absolutista, que es el reaccionario, que es, en fin, todo el que es enemigo de la libertad. Nosotros proponemos el medio, cumpliendo con nuestra misión de honrados y leales periodistas. Proponga cada cual el suyo y que el pueblo y las autoridades adopten el mejor, pero que se adopte un pronto, pronto, pronto, antes que aprovechando esos momentos para ellos propicios, se aventuren a dar un golpe de mano nuestros enemigos tan incansables como vigilantes, antes de que un tiro disparado al acaso promueva una colisión, antes de que venga la guerra intestina, la guerra civil, y con la guerra civil la miseria, la desolación, el luto y la desdicha de la un día tan opulenta y hoy tan desgraciada Barcelona.

La huelga general duró del 2 al 11 de julio de 1855 y fue masivamente seguida. El 9 de julio de 1855 Barcelona fue tomada militarmente, y el general Espartero envió a su ayudante, curiosamente con nombre de constructora, Sanabria, con un documento lleno de vagas promesas...

Otras huelgas, como la de 1917 con Alfonso XIII buscaban cosas tan familiares como: "Con el fin de obligar a las clases dominantes a aquellos cambios fundamentales del sistema que garanticen al pueblo el mínimo de condiciones decorosas de vida y de desarrollo de sus actividades emancipadoras, se impone que el proletariado español emplee la huelga general, sin plazo definido de terminación, como el arma más poderosa que posee para reivindicar sus derechos". 

En 1934 en Madrid la UGT declaró una huelga general revolucionaria contra la entrada de ministros de la CEDA en el gobierno de la República, que consideraban las organizaciones obreras el preludio de la instauración del fascismo en España. La CNT (de la que luego nacería CGT, que sí cobra subvenciones del Estado en la actualidad, aunque se hace llamar anarcosindicalista) no apoyó. Muchos campesinos, agotados por las huelgas que se habían producido durante los meses de marzo, abril y junio, tampoco secundaron la nueva huelga. Y es que ese año estuvo movidito, y se cocieron multitud de huelgas por toda España. 

En la general, los huelguistas intentaron el asalto a la Presidencia del Gobierno y, después de dos horas de disparos, el Gobierno de la República dominó la situación y encarceló a los sublevados.

Desgraciadamente, la huelga general de 1936 fue convocada por UGT y CNT y se desarrolló entre el 18 y el 23 de julio, significando la derrota del pronunciamiento en las principales ciudades de España, en el comienzo de la Guerra Civil Española y con el consiguiente estallido de la Revolución social española de 1936.

Durante el periodo preconstitucional o de transición política no democrática sucedió la Huelga general de 1976, celebrada el 12 de noviembre de 1976 (de 24 horas, Jornada de paro general) fue convocada por COS (Coordinadora de Organizaciones Sindicales) -entre ellas CCOO, UGT y USO- contra las medidas de ajuste laboral y económico del gobierno de Adolfo Suárez -no elegido democráticamente-, y por la amnistía y las libertades democráticas. En realidad hubo muchas... 

Y ya en el periodo preconstitucional o de transición política democrática, la Huelga general en España de 1978, celebrada el 5 de abril de 1978, fue convocada por la Confederación Europea de Sindicatos (CES) y secundada por UGT, CCOO y sindicatos de 28 países europeos. Se protestaba contra el alto porcentaje de desempleo en Europa (¡tan sólo un 5%, podríamos decir!) y tuvo un seguimiento de unos cuatro millones de personas, según los sindicatos. El presidente del Gobierno Adolfo Suárez (UCD) ya había sido elegido democráticamente aunque sin estar aún aprobada la Constitución española refrendada el 6 de diciembre de 1978.


Una vez aprobada la constitución se presupone periodo de democracia plena constitucional... y es cuando llega el auge de las huelgas:
En 1981 una huelga general de dos horas de duración contra la intentona golpista. 
En 1985 una huelga general de 24 horas en contra de la reforma de las pensiones.
En 1992 una huelga general de 12 horas contra la reforma del subsidio de desempleo. 
En 1994 una huelga general de 24 horas contra la reforma laboral. 
En 2002 una huelga general contra la reforma del susbsidio de desempleo por el gobierno de Aznar. 
En 2003 una huelga general de 2 horas contra la participación de España en la Guerra de Irak y sus efectos socioeconómicos. ¡Tan sólo CGT y CNT convocan huelga de 24 horas!
En 2010 una huelga general de 24 horas contra la reforma laboral, la reducción salarial en el sector público y la congelación de las pensiones. 
En 2011 una huelga general de 24 horas en Cataluña, Galicia, Euskadi y Navarra (casualmente de partidos políticos discordantes con el resto del panorama estatal y convocada por sindicatos denominados "minoritarios") contra la reforma de las pensiones. 
En 2012 una huelga general de 24 horas el 29 de marzo contra la séptima reforma laboral aprobada el 19 de febrero de 2012 (y hubo gente que se manfiestó contra otro par de cosicas más). 
¡Y ojo! Porque este es el año de la apocalipsis maya y de más de una huelga general, ya que hoy 14 de noviembre volvemos a tener convocada otra huelga general más de 24 horas. Sucede que esta es la primera vez en la historia de la Unión Europea que se ha convocado simultáneamente una jornada de paros en diferentes estados con una reivindicación común. Chipre, Malta, Portugal, Italia y España vivirán una jornada de huelga general que será apoyada con movilizaciones en Francia, Grecia y huelgas sectoriales en la Bélgica francófona.. ¿En contra de qué esta vez? Por el “recorte de derechos fundamentales”, el “deterioro de pensiones, de sanidad y de educación” y el “intento de aislar al medio rural” y, en este sentido, pidieron “una ola de simpatía y de comprensión por parte del conjunto de la población, de la opinión pública”, que se una al esfuerzo de los asalariados que secunden esa convocatoria.
El sindicato europeo destacó en una nota que las medidas de austeridad "han arrastrado a Europa desde el estancamiento económico hasta la recesión. El resultado de estas políticas ha sido el bloqueo del crecimiento y el desempleo en continuo aumento", reza la nota. "Los recortes a salarios y la protección social son ataques al modelo social europeo y agravan las desigualdades y la injusticia social. Es necesario un cambio de ruta", prosigue.

Qué sé yo, quizás los abuelos en vez de evitar que protestemos nos mandan involuntariamente una señal de cara a avivar nuestras protestas de manera más o menos creativa, pero por otro lado su punto de vista no difiere con el de mucha otra gente de menor edad. Así que no es sólo cosa de la gente mayor (en general, que siempre te llevas des y agradables sorpresas). 
No sé tú, pero a mí me da la sensación de que las huelgas han mermado en duración y credibilidad, y no acabo de ver en qué momento la gente pasó de creerse soberana de su propia sociedad (qué despropósito) a víctima y marioneta de entidades -que no personas- totalmente abstractas. Por otro lado, me parece un canteo que los objetivos que se buscan se hayan difuminado tanto... ya no podemos luchar contra UNA cosa concreta. Nos estamos atragantando. 

Hay muchos argumentos que he escuchado hasta la saciedad desde que tengo uso de razón, argumentos que no pasan de moda. Da igual que haya gente que utilice una convocatoria de sindicato mayoritario totalmente comprado por el Estado y dirigido por gente que hace tiempo no trabaja (ergo no conoce las circunstancias de quienes deben representar) para crear SU convocatoria crítica e independiente. Da igual que estemos un cuarto de españoles formando parte de la empresa más grande que tiene nuestro país. Da igual que hayan pasado de una privatización progresiva y pseudosilente de nuestra atención sanitaria a un de-golpe-y-porrazo. Da igual que hayan cambiado la reforma laboral que costó sudor, lágrimas y sangre conseguir. Da igual que lleven dos meses sin pagarte, has de esperar 3 para poder reclamar lo que es tuyo, y los meses que hagan falta hasta cumplir requisitos de situación surrealista, aunque eso signifique puedas morir en ese periodo de inanición. Da igual que dentro de unos años no puedas pagarteuna justicia que ya de por sí no es igual para todos. Da igual que te quedes sin techo. Da igual que gran parte de la población sea consciente de que esto o aquello son meras cortinas de humo que nos mandan y seamos capaces de ver a través de ellas. Da igual que te quedes sin aire. Da igual que no te dé igual. Y, por supuesto, da igual que te dé igual. 

No sé cuál es la solución a esta guerra encubierta. Supongo que si fuésemos capaces de que 2012 fuera el año de la "época democrática constitucional" de la primera huelga indefinida masiva en vez del primer año en que hubo dos huelgas generales, alguno de todos los objetivos que tenemos pendientes sería más factible de ser alcanzado. Pero bueno, de momento, al menos, servirá de ansiolítico y antidepresivo. Volveremos a sentir el simbolismo y, con un poco de suerte, hoy recuperaremos alguno de nuestros céntimos invertidos en los presupuestos del Estado en forma de pelota de goma (90 cts/unidad) o gas lacrimógeno (rico y nutritivo, nos devolverían unos 30 euros...que ni tan mal). Aunque no nos hagamos ilusiones, que no somos ese tipo de sociedad que creíamos que éramos, esa en la que el Estado vela por tu bienestar.

A veces funciona





Huelga general de 1855. 


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